Después de unos días en Fuengirola, fuimos rumbo a Matalacañas para hospedarnos en el Gran hotel del coto, un hotel de 4 estrella y que para mí, se merece más.
Este hotel esta fincado en los límites del coto de Doñana y desde la terraza se puede ver playas vírgenes dignas de portada gracias a sus maravillosos paisajes y por el otro lado la población.
Gran hotel del coto, es un hotel familiar para disfrutar unas vacaciones inolvidables y las puertas están decoradas con imágenes de animales y flora que podemos encontrar en el Coto de Doñana.
Mi puerta era la 3027 estaba decorada con endrinas.
Las habitaciones son amplias y tienen un sofá que se convierte en una cama para los peques.
El cuarto de baño, amplio y con bañera.
El cuarto de baño, amplio y con bañera.
Noa nada más llegar, quiso probar las camas y la suya le encanto, porque era pequeñita y cómoda.
Comer, se come de lujo, incluso hay un lugar dedicado a comida de los peques.
Cada día tenían un menú temático, pero no un menú cualquiera, sino con altura como dice la canción de Rosalía.
Había tanta comida que son sabíamos que escoger, y encima había menú en vivo, ese que el cocinero está haciendo la comida delante de vuestros ojos.
Y no os digo de postres y pasteles porque entonces no acabo, nada más entrar en el comedor te recibe una mesa fría con infinitos pastelitos que te dicen cómeme y encima están riquísimos.
Una va al hotel finica y se viene con kilos de más gracias al buen comer, pero a ver quién se priva.
Lo peques tienen su propio club dentro del hotel, y su
equipo de animación tiene una agenda con actividades a realizar a lo largo del día.
Desde el desayuno hasta después de la cena con minidisco
y cineclub incluido, los peques se lo pasan pipa.
Al día siguiente decidimos acércanos a alguna tienda
cercana para ver si compramos unsa chaquetas para la peque y para nosotros,
pero solo encontremos una sudadera para Noa.
Si visitáis Matalascañas, os aconsejo echar chaquetas para
la noche, porque las noches son muy fresquitas ya que nos llega la brisa del océano
atlántico.
Nos recorrimos el paseo marítimo y las vistas son
impresionantes.
Maravillosas esculturas nos recibe el camino, la pena es que se están cayendo a cachos y no la rehabilitan.
Detrás de esos palos, encontramos el Parque Nacional de Doñana con sus playas vírgenes y sus dunas embrionarias, paraíso natural de la naturaleza.
Es impresionante ver este maravilloso paisaje, ajeno al hombre, donde fauna y flora viven en pleno pulmón y ajenos a la contaminación del hombre.
Noa el segundo día, en la minidisco, recibió un diploma por su participación en conservar y preservar el medio ambiente y estaba tan contenta que saltaba de alegría porque había cuidado y limpiado la playa.
Y aquí tenéis a mini Dalí con su bigotillo de chocolate, dicen que los grandes genios están locos, y yo pienso estarán locos pero son felices…
Y con esta preciosa foto, con el lince, animal más representativo del coto de Doñana, nos despedimos de este maravilloso hotel que seguramente volveré en otra ocasión.
¿Conocíais este hotel?
Que sitio mas ideal guapa. Besitos
ResponderEliminarHola! Un sitio muy chulo. Me apunto la recomendación.
ResponderEliminarTe espero pronto por mi blog. Bsss
Me has dejado sin habla chiquilla, que lugar tan bello.Conozco Matalascañas pero de visita de un día cómo Doñana, el Rocío etc.etc.....pasé unas vacaciones de verano pero nos hospedábamos en un camping de Mazagón y desde allí hacíamos excursiones a diferentes lugares cada día.Besicos
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