Cadiz

Hoy tocaba ir a Cádiz porque ir al puerto sin pisar Cádiz, es pecado.

Para llegar hasta allí hay que coger el catamarán que vale 2,75€ por persona y como consejo, para no pasar frío, no os sentéis en la parte de arriba.

A lo mejor en verano se agradable la brisa que pega, pero en Marzo, se queda una congelada.

Nada más entrar en Cádiz, nos recibe el majestuoso monumento a Segismundo Moret situado en la céntrica y emblemática plaza de San Juan de Dios. 

Moret fue un eminente político, orador y juriconsultor y en su monumento reza “CÁDIZ A MORET”.

Un poquito más adelante y en esa misma plaza nos encontramos con el Ayuntamiento de Cádiz que se construyó en 1799.

Tras pasar el ayuntamiento y coger la calle pelota, llegamos a la plaza de la catedral, donde nos recibe la impresionante catedral de Cádiz que  se empezó a construir en 1722 y no se terminó hasta 1838.

Se le conoce como "Santa Cruz sobre el Mar" o "Santa Cruz sobre las Aguas", aunque los gaditanos la llaman, la Catedral Nueva.

Por motivos de semana santa, no pudimos entrar a verla conque con ganas me quede.

Seguimos andando por la calle Compañía, cuya calle está repleta de tienda y souvenir, y lleguemos al mercado central, donde hay barecitos para tomar ricas tapas con este atún encebollado.

Seguimos por la calle hospital de mujeres y en la calle Sagasta nos recibió la parroquia de San Lorenzo Mártir inaugurada en 1725 en el barrio de la viña.

Nuestro próximo objetivo era El Gran Teatro Falla que se inauguró en 1910 como Gran Teatro y es de estilo neomudéjar, paso a llamarse Gran Teatro Falla en honor al hijo predilecto de la ciudad Manuel de Falla. 

Tocaba llenar la barriga, y con tantos barecitos y restaurantes, una no sabe que elegir.

Y acabemos en la taberna El Albero, un local típico del toreo, pero que no me dejo un buen sabor de boca, quizás porque está más enfocado al turista extranjero que al español.

Lo que sí que me gusto fue su servilleta…

Al volver la esquina, nos encontremos con Casa Manteca un lugar recomendado para sentir la esencia de Cádiz. 

Es una taberna de tapas y vinos que data su existencia desde 1953 y está decorado con  botellas, fotos y carteles taurinos.

Si no encontráis sitio, que suele ser lo habitual, os acomodáis en un rincón y os sirven las tapas en papel parafinado, conque esta copa va por ustedes.

Y como el mundo es un pañuelo, tuvimos la suerte de conocer al gran maestro del flamenco, Alonso Rancapino, que nos hizo sentirnos como parte de su familia y nos guió por la historia de Casa Manteca, además de tomarnos unas copas en su grata compañía.

Este maestro del cante flamenco, recibió en febrero de este mismo año, un homenaje en la Peña El Taranto aquí en Almería, y deleito al público asistente con su voz, acompañado del famoso guitarrista almeriense El Tomatito.

Desde este pequeño espacio, le doy las gracias a Alonso Rancapino, porque me llevo un grato recuerdo de su tierra.

Cádiz se le conoce como la ciudad del carnaval y ello rinde homenaje con una calle a Paco Alba, que fue el creador de la comparsa del carnaval de Cádiz.

Por la Av. Campo del Sur nos encontraremos impresionantes vista de “Caí” como dicen los gaditanos y podemos ver la famosa catedral y sus cúpulas.

Cádiz nos gustó mucho y estaríamos encantadas de volver allí.

Y no nos podíamos ir de Cádiz sin ver un paso de Semana Santa.

Conque tras esperar un rato en una callejuela vimos el paso del Cristo la Salud de la Hermandad de las Cigarreras, que salió de la iglesia de santo domingo.

Impresiona porque el recargado paso va por estrechísimas calles.

Al día siguiente nos volvíamos a casa y nos esperaba un largo viaje, el mismo que hicimos al principio, pero nos íbamos con el corazón radiante de alegría y bonitos de esta tierra que nos ha hecho sentirnos como en casa, ¡Ole Cádiz, y su gente!