Tras un abundante desayuno en el hotel complejo Copacabana, partimos dirección a Santoña, considerado como el primer puerto conservero de Cantabria.
A lo largo del trayecto, podemos apreciar un paisaje admirable, donde las mareas de bajamar y pleamar dan vida a este precioso rincón de España.
Nuestra primera parada es la visita a una fábrica se conserva tradicional, donde una chica, nos habló de cómo se elaboraban artesanalmente las anchoas, y varios productos como el bonito, sardinas y demás.
Tras el cristal pudimos ver como las mujeres trabajan artesanalmente el bonito, y con amor y mucho mimo lo envasan para que se conviertan en conserva o semiconserva.
La fábrica conservera, se llama Conservas Ana María.
Santoña es la cuna de la anchoa, y es considerada como el jamón del mar.
Las anchoas de Santoña, se le reconoce por su color de carne marrón-rojizo intenso, sin marcas de sangre o piel y con textura tersa y consistente.
Y partimos rumbo al paseo marítimo de Santoña, para subirnos en un barco y dar un paseo por la bahía de Santoña. Este monumento esta dedicado a Juan de la cosa.
En el mismo paseo marítimo, podemos coger el barco que nos paseara por Santoña, Laredo y faro Caballo.
Fuerte San Martin, se construyó en el siglo XVII convirtiéndose en una gran fortificación, estando construido sobre un bonito promontorio en la entrada de la bahía
Al principio del monte Buciero, nos encontramos a la patrona de Santoña, Santa maría del puerto, y se le conoce como la virgen marinera, la morenuca e indiana y es la capitana general de la archicofradía de pescadores.
El faro del caballo es un enclave con acantilados ubicado en la bahía de la Costa Esmeralda este faro empezó a funcionar en 1863 y para llegar hasta allí, tenemos que andar por los escalones escarpados que colocaron los presos del Cuartel del Presidio de Santoña, abierto entre 1824 y 1924.
Este faro se encuentra situado al pie de los acantilados del Monte Buciero, y se accede solo andando por una escalinata de 685 escalones, y si el estado de la mar es bueno, podremos bajar hasta el mar, por una escalinata de 111 peldaños, incluso está permitido el baño en la zona.
Y llego la hora del aperitivo y que mejor unas cervecitas con su tapica de pulpo a la vinagreta.
Y hasta llego la ruta por Santoña y vuelta al hotel para disfrutar de una deliciosa comida y coger energías para el siguiente rumbo.
¿Conocías Santoña?
Conozco muy bien Santoña y tengo gratísimos recuerdos de unas cuantas vacaciones pasadas allí.Besicos
ResponderEliminarNo tengo la suerte de conocer Santoña, me ha encantado el paseo que me he dado de tu mano. Preciosas fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues fíjate que en Cantabria sí he estado, pero justamente en Santoña no. Qué ricas las conservas.
ResponderEliminarBesitos.
Me gusta que bonito No conozco nada de eso Te dejo un abrazp
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