Hoy hacemos un alto en el camino y nos vamos a la zona de Torregarcía, en donde en unos cuantos metros encontramos un atalaya, una ermita y una antigua fábrica de salazones.
Almería está lleno de rincones increíbles, listo para que el turista los descubra y quiera volver para seguir maravillado con sus paisajes, playas y sus gentes.

Torre García es una estructura militar situada en la playa de Torre García, Almería. Fue construida en el siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II y actualmente se encuentra prohibido el acceso a ella debido a su mal estado de conservación.
Era una torre vigía y transmisión de señales para la defensa del litoral frente a los piratas berberiscos.
En 1502 se halló en sus inmediaciones una imagen de la Virgen del Mar, Patrona de la ciudad, de estilo gótico y tallada de una sola pieza en madera de nogal. En dicho lugar se construyó una ermita en 1953.
La ermita tiene una inusual estética de reminiscencias africanas, marcada probablemente por el Movimiento Indaliano. La planta es octogonal y la cubierta en cúpula de media naranja. En el exterior, sostenido por sólidos contrafuertes, se abren vanos circulares y una gran puerta de entrada.
En sus inmediaciones se celebra la popular Romería de la Virgen del Mar el segundo domingo de enero.
La playa de Torregarcía es una playa virgen al este de Almería, cerca de Retamar y de casi 2.000 metros de longitud. Es zona especialmente protegida del Parque Natural, su carácter virgen hace que carezca de servicios como duchas o acceso a discapacitados.
La Factoría de Salazones Romana de Torregarcía se encuentra junto a la playa del mismo nombre, a pocos metros de la Torre Torregarcía y de la Ermita de la Virgen del Mar, Parque Natural Cabo de Gata Níjar, Almería.
Fue creada por los romanos (218 a. C- 409) para aprovechar la riqueza pesquera del mar. Esta industria se basaba en el salazón y fabricación de garum.

Tras la captura del pescado, se realizaba la limpieza en el barco, o en el patio central de la fábrica.
El pescado se troceaba y secaba al sol. A continuación, se introducía en las balsas, rellenas de sal durante unos 20 días.
Secado el pescado, se introducía en ánforas, donde se conservaba, para su transporte.
Otra actividad complementaria que se realizaba en torno a la factoría consistía en la obtención de púrpura utilizado como colorante de tejidos. En este caso se utiliza un molusco del género Murex (cañadillas).
Os invito a ver estas tres maravillas por mi tierra querida
y de paso que disfrutéis de la mejor zona de Almería,
El cabo de Gata.
Nice post and photos, thanks for sharing.
ResponderEliminarMe pareció un hermoso lugar. Me gustaría conocerlo. Te mando un beso.
ResponderEliminarWoww pero w pasada de lugar
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