El Arenal Mallorca

Al siguiente día de llegar a la isla, había que hacer un recorrido de investigación.

Empecemos caminando destino la playa y aunque el hotel contaba con un autobús gratuito que nos dejamos a pie de playa, nosotros preferimos ir por nuestra cuenta y descubrir todo su esplendor.

Para ser finales de septiembre las playas estaban llenas de gente y lo que más me llamo la atención fue su finísima arena.

Unas playas con aguas azules y cristalinas y donde te metías varios metros y el agua seguía llegando por la cintura y encima estaba caliente, una delicia para disfrutar con un marco de fondo de Mallorca City...

El arenal también cuenta con un puerto deportivo con lujosas embarcaciones y hay escuelas de vela y demás deportes acuáticos.

Mallorca es un paraíso que sabe sacar partido a todas sus riquezas por medio de aire, mar y tierra.

Si os fijáis al borde de la fotografía, un avión acaba de partir, y es que allí, de cada 15 minutos más o menos salía un avión.

Son impresionante las vistas que se ven desde la playa, estar rodeada de mar y tierra y sentir unos suaves y cálidos rayos de sol ya finalizado el verano.

Toca volver al hotel, bañarse para quitarnos la fina y blanca arena y relajarse un poco antes de ir a comer.

El horario del comedor era de 13:00 a 15:00, conque una no puede despertarse o nos quedamos sin disfrutar del servicio Buffet.

Es que una va a la playa y pierde la noción del tiempo.

Noa disfrutaba comiendo sus comidas favoritas, además como es tan dicharachera todo el mundo la conocía y siempre tenía una sonrisa preparada para cualquier persona que se topara con ella. Vamos que no pasó desapercibida.