Entre Cadiz y el Puerto de Santa María

Tocaba salir rumbo hacia Cádiz, y ver esta preciosa ciudad, aunque yo ya la había visitado el año anterior, pero Cádiz, es muy Cádiz y nunca te cansa de verla.

En plena semana santa, Cádiz esta hasta los ojos, conque fuimos esquivando grandes aglomeraciones y nos fuimos de tiendas.

La primera parada fue a Ale-hop, y Noa se empeñó en echarse una foto con la famosa vaca.

Toca reponer un poco de fuerzas tras las compras y hacemos una parada en una plaza donde podemos apreciar un monumento a Castelar,  que fue el último presidente de la Primera República.

Para comer marchemos rumbo al Puerto de Santa María, para comer en el Romerijo, sitio de excelencia en cuanto a marisco se refiere.

En Romejijo podemos comprar el marisco cocido a granel, que nos lo envuelve en un cucurucho de papel,  y sentarnos en unas de su mesas para comerlo allí mismo o llevarnos para casa.

Nosotros lo compremos directamente a granel: bocas, gambas rayadas y gambas del puerto y nos las comimos allí junto a una ensalada mixta y un plato de pulpo a la gallega que estaba exquisito.

Tras comer, nos fuimos otra vez a Conil y como le prometimos a Noa de ir a la playa, nos pusimos los bañadores y listos para mojarnos en la playa.

Ese día hacia un poco de viento, pero el agua estaba muy buena, nos la esperamos más fría, teniendo en cuenta que es ya océano atlántico, pero estaba limpísima y muy buena.

En realidad la que se baño fue Noa, porque yo solo me moje un poco los pies y busque conchas para traérmela a casa.

Para despedirnos de Conil, por la noche nos fuimos a la trattoria Prieto, donde pudimos degustar 2 ricas pizzas artesanas y una ensalada, todo regado con 2 botellas de lambrusco italiano Borgo Sole.

Tras la cena nos fuimos a dormir que por la mañana partíamos para mi querida Almería.

La mafia es bella y se sienta a la mesa…

¿Qué os ha parecido mi viaje exprés a Conil de la frontera?